El agotamiento laboral le cuesta un billón de dólares a la economía mundial
También conocido como el síndrome del trabajador quemado, el agotamiento laboral está teniendo un impacto significativo en la economía mundial. Según un informe de las Naciones Unidas, se estima que le cuesta a la economía global un billón de dólares al año. Además, un estudio reciente reveló que las mujeres y la generación Z son más propensas a experimentar los efectos del estrés en el trabajo.
Tiempo de lectura: 3 minutos

La firma de investigación Buk realizó una encuesta a 1.600 colaboradores en Colombia, México, Chile y Perú, y encontró que el 13% de los empleados menores de 30 años experimentan síntomas de agotamiento laboral. Este síndrome se caracteriza por un estrés crónico causado por el trabajo y puede ser provocado por cargas excesivas, falta de reconocimiento y un ambiente hostil.
Según el estudio de Buk, el 67% de los encuestados que afirmaron sentirse agotados eran mujeres. Este grupo muestra una mayor sobrecarga laboral, agobio y señales físicas de estrés en comparación con los hombres. Lesley Warren, jefa de investigación de la firma, sugirió que factores socioculturales y desigualdades de género en los entornos laborales podrían explicar esta disparidad.
Además, el estudio reveló que el 42% de los menores de 30 años ha pensado en dejar su empleo actual al menos una vez. Los miembros de la generación Z, nacidos a fines de los años 90 y principios de los 2000, son los que experimentan menos entusiasmo en sus trabajos.
En contraste, a medida que aumenta la edad de los trabajadores, se observa una disminución en los síntomas de agotamiento laboral. Solo el 5% de los encuestados mayores de 50 años presentaron síntomas de Burnout. Los autores del estudio sugieren que esto podría indicar diferencias generacionales, ya que la generación Z ha desestigmatizado más la salud mental y es más propensa a hablar de sus problemas, mientras que las generaciones mayores pueden ser más reticentes a pedir ayuda.
Los expertos recomiendan a las organizaciones tomar medidas de prevención para evitar las consecuencias del agotamiento laboral. La renuncia silenciosa, donde los colaboradores pierden productividad debido a su insatisfacción laboral, es una de las principales consecuencias del Burnout. Según un informe de las Naciones Unidas, esta disminución en el rendimiento de los empleados resulta en pérdidas de un billón de dólares al año.
Es fundamental concienciar sobre esta problemática para construir entornos de trabajo más felices y promover un crecimiento profesional saludable, concluye el informe elaborado por Buk.
La generación Z está agotada
La generación Z se caracteriza por ser altamente ambiciosa y estar constantemente conectada a través de las redes sociales y la tecnología. Sin embargo, esto también puede llevar a un mayor riesgo de burnout, ya que tienden a estar siempre disponibles y sobrecargarse de trabajo.
Los trabajadores de la generación Z suelen tener altas expectativas de sí mismos y están dispuestos a hacer todo lo posible para avanzar en sus carreras. Esto puede llevar a un agotamiento físico y emocional si no se establecen límites adecuados en el trabajo.
La generación Z también tiende a tener un alto nivel de perfeccionismo, lo que puede aumentar la presión y el estrés laboral. Esto puede llevar a la sensación de que nunca es suficiente y a una constante sensación de insatisfacción.
La falta de experiencia laboral y la presión por tener éxito rápido pueden contribuir al burnout en los trabajadores de la generación Z. Pueden sentir la necesidad de demostrar constantemente su valía y alcanzar metas inalcanzables, lo que puede llevar al agotamiento.
Además, la generación Z tiende a buscar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, lo que puede ser difícil de lograr cuando se sienten presionados para tener éxito en sus carreras. Esto puede llevar a una sensación de desgaste o falta de satisfacción en el trabajo.
Las mujeres sufren más el burnout
El burnout en las mujeres trabajadoras es un problema frecuente debido a la presión social de equilibrar las responsabilidades laborales y domésticas, lo que puede llevar a un agotamiento físico y emocional.
Las múltiples tareas y roles que desempeñan las mujeres trabajadoras, como ser profesionales, madres y cuidadoras, aumentan el riesgo de experimentar burnout, ya que a menudo sienten la necesidad de cumplir con altos estándares en cada ámbito.
La falta de apoyo y reconocimiento en el ámbito laboral puede contribuir al burnout en las mujeres trabajadoras, ya que no se sienten valoradas o suficientemente respaldadas en su desempeño profesional.
La desigualdad de género en el ámbito laboral también repercute en el burnout de las mujeres trabajadoras, ya que enfrentan obstáculos adicionales, como la brecha salarial o la discriminación, que generan un mayor estrés y frustración.
Es importante que las mujeres trabajadoras busquen un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, estableciendo límites claros y priorizando el autocuidado. Además, es necesario que las empresas implementen políticas y prácticas de apoyo, como flexibilidad laboral y programas de bienestar, para prevenir el burnout en sus empleadas.